Por sus semejanzas directas se puede decir que se parece a la arquitectura plateresca española de Valladolid y, por su aspecto general, a la de Andalucía.
Construida por Francisco de Montejo “El adelantado”, entre los años 1543 y 1549, sobre lo que hoy es la calle 63, frente al costado sur de la Plaza Grande, el singular pórtico de la Casa de Montejo fue el único adorno de la casa en esos tiempos. Actualmente, la Casa es considerada patrimonio nacional.
Herencia que Francisco de Montejo “El Mozo” recibió de su padre, la compartió con su esposa, doña Andrea del Castillo, quien a la muerte de su cónyuge fue heredera de la casa e instituyó en ella un mayorazgo que duró hasta 1832. A fines de 1839 se cree que la compró el Sr. Simón Peón y Peón, quien al fallecer en 1869 la heredó a su viuda y a su hijo José María Peón Losa. En 1914 la heredó a la Sra. María Eduviges Peón y Peón, casada con el Ing. Manuel de Arrigunaga y Gutiérrez, quien hizo varias reformas al edificio.
La fachada también tiene capiteles decorados con cabezas de niños con cuernos, como si se tratase de diablos o sátiros; hay venados y ángeles en el friso y las columnas, colgantes en forma de flores estilizadas y salvajes burdamente vestidos con pieles de carnero, que sostienen mazas de troncos.
Hay una ménsula formada por cabezas de niños que gritan, lloran o sonríen; animales fantásticos y los dos leones rampantes en la cornisa. La parte inferior es de puerta arquitrabada, la portada está flanqueada por dos columnas corintias y el marco de la portada tiene tableros esculpidos en altorrelieve combinado con motivos renacentistas. La clave de la puerta la forma una figura de hombre barbado vestido con piel de cordero, que sostiene sobre sus espaldas la base de la ménsula de la parte central del re pisón, que a su vez sostiene al balcón.
En la parte superior están cuatro retratos: posiblemente representen a los Montejo. Sobre el balcón de hierro destaca el escudo de armas de Montejo “El adelantado”.