Situada detrás del Palacio del Gobernador, esta sobria edificación es uno de los templos con decoración más simple de la ciudad, pero las estatuas de tortugas que adornan su cornisa por los cuatro costados del friso del edificio, la distinguen entre todas. Los animales han sido cuidadosamente tallados y, entre el recargamiento y majestuosidad de otros edificios, proporcionan una vista plácida de la arquitectura maya. Este templo se atribuye a un dios benévolo y querido, quizá una deidad acuática.
El edificio mide 30 metros de este a oeste y 11 de sur a norte, con altura aproximada de siete metros. Contiene tres cámaras centrales atravesadas por pasillos con accesos por los frentes norte y sur. Además, cuenta con dos cámaras laterales.
Las investigaciones permiten situar la construcción entre los años 800 y 900 y se piensa que estuvo unida con la primera subestructura del Palacio del Gobernador.
Cuentan que muchos siglos después del hallazgo, a mediados del siglo XIX, fue un sacerdote católico vecino de Uxmal quien llamó a este edificio la Casa de las Tortugas.