El actual Templo data del siglo XVIII y está bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe y, por ende, cada 12 de diciembre es sede y escenario de peregrinaciones y procesiones de los fieles meridanos y yucatecos.
Ubicado en el cruzamiento de las calles 50 y 69, goza de un sobrio exterior y un interior clásico. La fachada tiene esbeltas torres de remate piramidal, con nichos, una ventana que da al claro y un enmarcamiento de la puerta principal. El portal está cubierto por una bovedilla o venera con forma de gran concha de relieves de argamasa. En el interior, las bóvedas de mampostería llamadas vaídas o “de pañuelo”, tienen casetones que imitan las de la Catedral y están sostenidas por arcos que descansan sobre pilastras.
El interior se encuentra ornamentado con imágenes de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego.
La iglesia es el eje principal de la vida del antiguo barrio, que se dice fue fundado por Montejo “El Mozo” para alojar a los indígenas procedentes del Altiplano que lo ayudaron en la conquista de Yucatán. Actualmente es uno de los barrios más tradicionales de la ciudad, donde habitan no pocas familias libanesas y algunas españolas e italianas.