Éste, quizá el mejor conservado de los edificios que rodean al Juego de Pelota, y el primero de Chichén en el que fueron utilizados los recursos del talud (muro inclinado, casi perpendicular al suelo) y el muro vertical, recibe su nombre del raro personaje barbudo que encabeza la escena. Está asentado sobre un basamento de tres cuerpos escalonados que, junto con la escalera, se asienta en una plataforma de 14 metros de largo por ocho de ancho.
En el interior del edificio hay una sola cámara con el techo abovedado, del que parte un tablero que muestra a Kukulcán que surge de las fauces de una serpiente emplumada. Debajo, las paredes lucen decoradas con bajorrelieves de árboles que hunden sus raíces en el subsuelo, conocido como "el monstruo de la tierra".
La composición pintada en el interior del templo se desarrolla en cuatro hileras de figuras, presididas por el famoso "hombre barbado". En el nivel superior se puede apreciar a Kukulcán sobre un trono de jaguar, enmarcado por una serpiente emplumada que forma un óvalo y flanqueado por siete guerreros.