Mérida, 21 Dic (Notimex).- La “rama” o “ramada”, una tradición navideña de Yucatán, prevalece como una expresión viva de la cultura del estado, pues sobrevive a los cambios urbanos y culturales al trasladarse entre generaciones en las colonias populares.

El director municipal de Cultura, Irving Berlín Villafaña, dijo que aunque hay una percepción de que ya son pocos los niños que salen a cantar la “rama”, como se le dice popularmente, la realidad es que hay vastas zonas de esta ciudad y otros municipios donde persiste la tradición.

Aunque no se sabe con exactitud cuando surgieron las “ramadas”, éstas tienen un sentido religioso, pues los niños llevan en sus recorridos nocturnos una pequeña caja de cartón que suele tener las figuras de la Virgen María y de San José.

Algunas publicaciones de la página electrónica de la Arquidiócesis de Yucatán relacionan a las “ramadas” con la víspera de la temporada de posadas, que también es una tradición decembrina que surgió a partir de los esfuerzos de evangelización de los frailes en el Siglo XVI.

Según el sitio www.explorandomexico.com.mx, en su origen las posadas consistían de una representación del peregrinar de María y José antes del nacimiento de Jesús en Belén, idea que también se utiliza en las “ramadas”.

En las “ramadas” yucatecas se canta una melodía formada por varias frases alusivas a la travesía de los peregrinos previo al nacimiento de Jesús y tiene una sonoridad muy similar a la de los villancicos navideños.

Antes de salir a cantar, los niños, protagonistas de esa costumbre, se juntan para adornar cajas de cartón con imágenes de los peregrinos, María y José y, en algunas ocasiones, de otros santos, así como con ramos de limonaria.

Un niño carga la caja y el resto lleva veladoras en latas de aluminio o en botellas, implementos con los que los menores pasan de casa en casa cantando, con la esperanza de que el dueño del predio salga y les de unas monedas a las que los participantes llaman aguinaldo.

Si el propietario sale y entrega el “aguinaldo” se le canta “ya se va la rama muy agradecida porque en esta casa fue bien recibida. Pasen buenas noches, así les deseamos pasen buenas noches, nosotros nos vamos”.

Si no les toca aguinaldo se entona, “ya se va la rama muy desconsolada porque en esta casa no le dieron nada. Pasen buenas noches, así les deseamos”.

Hasta hace poco más de 40 años, en las viviendas del centro histórico de esta ciudad y de algunas zonas del norponiente de la misma era común recibir la visita de varias “ramas” por la noche.

Sin embargo, ahora los “peregrinos” de la rama son más visibles en las zonas sur y oriente de la capital yucateca, según indicó Berlín Villafaña a Notimex.

“En el centro histórico ya no ves una sola ramada, de hecho la presencia de niños en la zona es escasa, hoy muchas de esas casas son de extranjeros que compraron viviendas en la zona y las habitan por algunos meses del año”, expuso el funcionario municipal.

Sin embargo, en las zonas sur y oriente se ve constantemente el paso de las “ramadas” por las calles. “Es ahí donde ahora reside y desde donde se expande la tradición entre generaciones”, afirmó.

“Es una tradición popular, no puedo decir si hace algunos años se hacían más ramadas en el norte o en las grandes colonias y zonas residenciales o si todavía lo hacen o no, pero hasta hoy hay niños que salen a cantar”, anotó.

“En las zonas de mayor nivel socioeconómico es probable que ya no persista la tradición de dejar que los niños salgan a cantar por cuestiones de seguridad”, agregó.

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