Ya forman parte del Patrimonio Mundial, pero serán inscritas en la Unesco, para que sean resguardadas en caso de un conflicto internacional.

MÉRIDA, Yucatán.- El gobierno de México solicitará en breve a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) la inscripción de dos zonas arqueológicas de Yucatán en el Registro Internacional de Bienes Culturales bajo Protección Especial de la Organización (Registro), con lo que se le dará doble protección, pues ya cuentan con la categoría de Patrimonio Mundial.

El proyecto considera nueve zonas arqueológicas del país: Chichén Itzá y Uxmal, en Yucatán; Palenque, Chiapas; Teotihuacan, Estado de México; Monte Albán, Oaxaca; El Tajín, Veracruz; Paquimé, Chihuahua; Xochicalco, Morelos, y Calakmul, Campeche.

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en coordinación con la Comisión Intersecretarial de Derecho Internacional Humanitario (Cidih-México) concluirán próximamente el proceso requerido para presentar la petición ante la Unesco, según lo previsto en la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en Caso de Conflicto Armado, adoptada en la Convención de La Haya en 1954.

El artículo octavo de esta convención confiere a los Estados la prerrogativa de colocar bajo un régimen de “protección especial” un número limitado de “centros monumentales” de importancia extraordinaria mediante su inscripción en el Registro.

Lo anterior, si satisfacen las condiciones respectivas, las cuales incluyen fijar la ubicación de los mismos, así como manifestar que se evitará utilizarlos para cualquier fin militar y que se encuentran a una distancia adecuada de -por ejemplo- centros industriales de gran relevancia.

Con este  'escudo' se combatirá el tráfico ilícito de bienes culturales protegidos

Dicha protección, más allá de “blindar” en caso de algún conflicto internacional, es un instrumento útil para combatir el tráfico ilícito de bienes culturales protegidos y la mejor gestión de áreas de gran relevancia cultural, incluyendo fenómenos naturales o causas generadas por el hombre.

De ahí la importancia de la iniciativa del gobierno mexicano, pues la inscripción de las zonas arqueológicas brindará mayores garantías para su preservación.

Francisco López Morales, director de Patrimonio Mundial del INAH, recordó durante el encuentro “Convenciones Unesco. Una visión articulada desde Iberoamérica” -que se realiza en la Torre de Ingeniería en Ciudad Universitaria- que la Convención de La Haya fue la primera de carácter cultural que surgió en el seno de esa organización, pues era un asunto urgente, luego del saqueo a gran escala y la pérdida de patrimonio de países como Italia y Francia en la Segunda Guerra Mundial”. 

Se terminó

Mientras tanto, el lado sur de la pirámide de Kukulcán o El Castillo, considerado una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, que en apariencia está sin restaurar, es irrecuperable, ya que las piedras que eran parte de su estructura fueron extraídas en tiempos de La Colonia y forman parte de otros asentamientos.

En otras palabras, la pirámide principal de Chichén Itzá está terminada en su rescate integral, plantearon expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) consultados sobre los futuros trabajos de conservación y mantenimiento que requiere la zona visitada por más de un millón 200 mil personas al año.

La Pirámide de Kukulcán o El Castillo es la estructura más famosa y significativa del complejo, y una de las construcciones más notables de toda la arquitectura maya. En el edificio se rindió culto al dios maya Kukulcán, por lo que se aprecian motivos serpentinos en la decoración arquitectónica.

Los arqueólogos que laboran en el sitio desde hace más de una década comentaron que la estructura de 25 metros de altura está terminada en su recuperación integral, incluso la parte sur, de la cual antiguamente en la época de la Colonia se extrajeron las piedras para edificar asentamientos de una hacienda cercana.

La Haya

Los nueve sitios prehispánicos considerados para su inscripción en el Registro Internacional de Bienes Culturales bajo Protección Especial ya son Patrimonio Mundial.En mayo de 1956, México se convirtió en el cuarto país en vincularse a la Convención de La Haya de 1954, mediante su ratificación.

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